Por Lourdes Jardón
Integrantes del Consejo Regulador de Paste anunciaron el XVI Festival de Paste, que se realizará en el Pueblo Mágico Real del Monte, Hidalgo, del 11 al 13 de octubre próximo.
En conferencia de prensa, señalaron que el Festival de Paste es uno de los evento de mayor relevancia Real del Monte, el cual se localiza a dos horas y media de la Ciudad de Puebla
“Nuestro Pueblo Mágico tiene 500 años dedicados a la minería, pero 200 años de que llegaron los ingleses y nos dejaron este legado del paste que ha sido un alimento que ahora es parte de la tradición y gastronomía de Hidalgo”, indicó Eduardo Méndez, integrante del Consejo Regulador del Paste (Corepac).
Por su parte, la empresaria pastera, Rosa María Durán, indicó que el paste es y seguirá siendo un ejemplo gastronómico que atrae turismo al estado, por lo que, con este festival se honra el valor de este alimento que ya es parte de la historia e identidad de Real del Monte.
“Nuestro pueblo es el más visitado en todo Hidalgo y el paste es parte de esta tradición por lo que es importante honrar esta cultura inglesa y que ahora ya es hidalguense”, expuso.
Así también, indicó que se prepara un documental sobre estos 200 años de historia del ahora Pueblo Mágico, que es uno de los atractivos turísticos del estado de Hidalgo, incluyendo sus nueve Pueblos Mágicos: Huasca de Ocampo, Acaxochitlán, Metztitlán, Mineral del Chico, Zempoala, Zimapán, Tecozautla y Huichapan.
Real del Monte es un emblemático Pueblo Mágico de Hidalgo que comparte a turistas y visitantes historias y sabores entrañables que provocan el ánimo de regreso y de vivir la belleza de este lugar rodeado de bosque.
Un bello clima nublado que regularmente envuelve al Pueblo Mágico, será parte del escenario en donde más de 15 casas pasteras estarán participando en la venta de este delicioso platillo que tiene 200 años de tradición.
El origen del paste se remonta a finales del siglo XIX, cuando los mineros de Cornwall, Inglaterra, trajeron consigo sus conocimientos mineros y su gastronomía. Fue en las minas de Real del Monte donde este platillo encontró su nueva versión, adaptándose a las necesidades de los trabajadores locales.