Un brindis magro en La Caldera, Guanajuato

Por J. L. Palacios Islas

Es un buen hotel, pero con muy mala organización, administración y gestión. Hotel La Caldera, en Abasolo, Guanajuato y quizá, el siempre quizá, por la falta de la visa turística que propuso el mandatario estatal, pero sin lista de precios a la vista, con cobros que exceden de un hotel de tres estrellas, pero se portan de cinco.

Buenas albercas, con aguas termales de manantial, el cual se cerró por un temblor, pero sigue fluyendo el agua caliente. A un lado un parque acuático, que no se visitó porque esta muy bien el hotel. Las habitaciones modernas y antiguas. No aptas para personas mayores. Los baños inaccesibles carecen de todo para que una persona mayor pueda utilizar.

La fiesta de Fin de Año, una cena cuyo costo fue de 700 pesos, pero luego la incrementaron 50 pesos más, cena que resultó ser buffete y un sonido para bailar. Ni gorros, ni nada. Invitan un brindis, a levantar las copas, pero sin ninguna bebida, muchos menos agua, todo cobraron.

Se buscó a la gerente María del Socorro, según nos comentaron, pero nunca se apareció o atendió a los visitantes. No daba la cara, se le tuvo que buscar para exponer todos sus errores. Nada.

La queja en un escrito. Sólo. Buen hotel mala administración.

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